El conductismo de Tolman

Tolman y Hull concentraron sus esfuerzos en el estudio del aprendizaje, tenían la pretensión de crear una psicología más general que abarcara un sistema teórico capar de abarcar a la conducta humana y animal. Por su lado Tolman estableció a la conducta como un acto significativo y referido a una meta. Los conceptos psicológicos del neorrealismo serían el eje de la psicología de Tolman. Se distinguen dos grandes periodos en la psicología de Tolman; el primero en el que se enfoca en la psicología mentalista y el segundo en donde se destaca su peculiar conductismo, en este mismo se pueden distinguir tres etapas principales: la primera que tiene que ver con la gestación de su sistematización en su obra principal; la segunda, “la etapa operacionalista”; la tercera en la cual Tolman trata de formular una psicología más comprensiva. Para Tolman el ser vivo no solo es un mecanismo reactivo a la estimulación del entorno, sino que tiene un dinamismo intrínseco, demandas y estructuras cognitivas que le permiten satisfacer estas demandas del ambiente.

Aportes 

Al organizar una colonia de ratas en la universidad de Berkeley no significaba adoptar el conductismo Watsoniano sino que desarrollaría una “nueva fórmula” la cual pretendía ser una fórmula para toda psicología abarcando la psicología animal, el estudio de las imágenes mentales o los sentimientos; mencionaba que toda psicología tiene la conducta como punto de partida. Con respecto a la psicología del aprendizaje, la cognición de campo creía en un ser vivo dotado de organización innata elaborando así cogniciones sobre su entorno sin la necesidad de la intervención de un refuerzo.

Conclusiones

La psicología tolmaniana es difícil de clasificar; Tolman se definió como conductista utilizando los métodos e instrumentos del conductismo, pero incorporaba conceptos como “propósito” o “cognición” que son de corrientes distintas y a veces de corrientes totalmente opuestas como la Gestalt; Tolman no creo una escuela pero influyó profundamente en la psicología de su tiempo y de décadas posteriores.

Referencia

  • Tortosa, G. F. (1998). Una historia de la Psicología Moderna. Madrid: McGraw Hill. Pp. 238-345

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